“Me debatía entre la independencia económica y de poder controlar y decidir mi tiempo, y las presiones de lo que toda la vida te han enseñado que es el “éxito”…
Yahaira Sosa Machado
Bueno, te cuento, tengo ya 32 y en espera de mi primer hijo, pero recuerdo que a medida que se iban acercando los 30, me debatía entre la independencia económica y de poder controlar y decidir mi tiempo, y las presiones de lo que toda la vida te han enseñado que es el “éxito”.
Siendo de un país en vías de desarrollo, que en tradiciones y machismo te aseguro es subdesarrollado, y sin muchas esperanzas de mejorar por ahora, creces pensando que eres un ser defectuoso si no te has casado y tenido hijos mucho antes de los 30.
En mi caso, que laboralmente había alcanzado una buena posición, bien remunerada y con cierta flexibilidad de horario, el llegar a los 30 sin esposo e hijos lo veía como un exito a medias…ya todas mis amigas tenían su familia, y yo estaba sola en mi isla, buscando cada vez relacionados más jovenes, y que compartieran mi soltería. Te juro que pensaba que era la única soltera llegando a los 30 sobre la faz de la tierra.
A los 28 (casi 29) conocí a mi actual esposo, que aunque sólo era un par de años mayor, ya había estado casado y tenía 2 hijos. Nos comprometimos el día que cumplí los 30, y hoy te digo que aunque fueron las circunstancias de como sucedió todo, entiendo que es la edad más acertada para asumir esa clase de compromiso. Tuve oportunidad de estudiar toooodoo lo que quise, de trabajar en lo que me encanta, conocer muchos otros países, sea por trabajo o vacaciones, alcanzar la posición deseada y poder disfutar de la independencia económica que esto trajo: comprar el carro que quise, el apartamento antes de casarme y demás… además, de sentir tener la madurez de elegir compañero por las razones correctas: no era la desesperación, porque tal vez el no era el “mejor partido”, no era el más buenmozo, ni el más rico, ni el más popular, pero era un padre responsable, con trabajo estable, que tenía la madurez de poder sostener una relación saludable con su primera esposa, ademas de ser super familiar.