“¡No hay nada como los treintas y estoy feliz con esta hermosa edad!”
By Gladybell Bruno
Bueno yo podría decir que los treintas han sido toda una bendición, aunque de chica pensaba que a estas alturas mi vida ya estaría resuelta en todos los aspectos, pero Ohhh sorpresa!!! Todavía la película está a mitad.
Les cuento que el camino recorrido hasta ahora ha sido muy hermoso, con sus luchas, de las cuales he ganado algunas y perdido en otras, pero cada uno de una manera muy particular ha dejado una huella y un aprendizaje.
A esta edad dejamos la emoción para ser más analítico, más pausado, más objetivo. Se empieza a mirar la vida desde otra perspectiva, aun aquello que antes parecía tan complicado.
Los miedos y las incertidumbres por el futuro van desapareciendo, uno siente más control sobre su vida, se adquiere madurez, es más reflexivo al tomar decisiones, pues ya no se piensa sólo en uno, sino también en su entorno y en el impacto que estas decisiones pueden causar a los seres que amamos.
Se empieza a amar más a los tuyos, a disfrutar esos momentos familiares que antes eran un estorbo para irse con los amigos, se aprovecha cada oportunidad, cada salida, cada reencuentro para pasar ese tiempo de calidad en la armonía de la familia, del hogar dulce hogar. Ya podemos pasar un fin de semana en la casa sin creer que estoy “out ” y poder decirlo abiertamente a nuestros amigos.
Se aprende incluso a estar solo y a disfrutarlo, pues los mismos afanes te mantienen tan ocupado que cuando podemos estar ese momento en quietud y reposo lo vemos como una oportunidad para hacernos acompañar de un buen libro, de buena música y escapar un poco del caos y la rutina.
Se crea un vínculo más fuerte en las relaciones de amistad, esos amigos que han estado en todo tiempo se ven como hermanos y aunque el día día no nos permita estar en contacto permanente sabes que aunque no los veas o los escuches están ahí para ti en cuanto lo necesites. Se extraña al amigo que ya no está y se recuerda con risas y nostalgia aquellos días de aventura donde nada importaba, donde salir, conocer gente, coquetear con los chicos, estar linda era lo único que importaba.
Procuramos aprender y capacitarnos en las cosas que nos suman y que van de mano a nuestras metas y objetivos y dejamos de perder el tiempo probando cosas que no van a aportar mucho a nuestra carrera.
Será la edad?? o la economía tan fluctuante??? pero uno se vuelve más estable en el trabajo, e incluso puedo decir que hasta se disfruta y hace falta. Nos ponemos más disciplinados en las finanzas, preparas presupuestos para los planes futuros y piensas en proyectos con los que puedes alcanzar un mayor crecimiento económico y estás muy al pendiente de tu administración financiera.
Se empieza a cuidar el planeta, a usar productos orgánicos, a comer saludable, tienes una rutina de ejercicio y se hacen visitas médicas de rutina. Trabajas en obras de bien social pues ya entiendes que necesitas aportar un granito de arena para el mundo.
Puedo concluir diciendo que a los 30 se aprende que la felicidad es un trayecto no un destino y es ahí donde comenzamos disfrutar y deleitarnos aun de los pequeños detalles de la vida. Descubrimos que al final lo más hermoso de todo es poder encontrar ese propósito para el cual fuimos creados, un propósito que solo lo podemos descubrir cuando reconocemos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, entonces es cuando empezamos a caminar en la dirección correcta.
Yo digo no hay nada como los 30 y estoy feliz con esta hermosa edad!!!!